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Abril/2017

Parto vs. Cesárea. La búsqueda de un nacer más natural

Una madre embarazada tiene una larga lista de preocupaciones. El orden de prioridades dependerá de cada mujer. Sin embargo, el momento del parto ocupa sin duda la cabeza de muchas futuras mamás que se enfrentarán a un momento tan maravilloso como desconocido. Algunas se preocuparán por tener un parto natural, otras buscarán que sea con la menor intervención médica posible, otras tendrán miedo al dolor y se prepararán para una anestesia. Otras, en tanto, hablarán con su médico y coordinarán una cesárea.

En nuestro país, esta cirugía crece cada año y a un ritmo sostenido. Las cesáreas se ubican en el 44,2% de los nacimientos, según cifras de 2014 y difundidas por la OMS. Uno de los objetivos del Ministerio de Salud Pública es llevar este número a un guarismo que esté 10 puntos por debajo. La tarea no es sencilla, sin embargo, algunas instituciones médicas, tanto públicas como privadas, están trabajando para lograr un parto más humanizado y reducir este número.
Para la ginecóloga Dra. Rosalba Velázquez, directora del Sanatorio Nro. 3 del Casmu “el Parto Humanizado apuesta a reconocer a la mujer como protagonista del nacimiento, respetando sus decisiones, valores, creencias y sentimientos pero dando la posibilidad a los técnicos de actuar dentro de los estándares de seguridad médica, basados en evidencia científica”.

¿Por qué tantas cesáreas?
El alto índice de cesáreas se debe a múltiples factores. “Para alguna/os técnicos, el parto por cesárea representa la solución para no asumir gran responsabilidad frente a mínimos riesgos (la llamada práctica defensiva en la medicina) pero a su vez, cada vez con mayor peso comienza a verse como reclamo de las pacientes, integrado a la propia idiosincrasia de la sociedad que ha ido perdiendo el temor a la intervención como modo rápido de concluir el trabajo de parto y sus dificultades. Muchas veces, es el equipo de salud quien no espera suficiente tiempo, pero también es el mismo equipo el que es fuertemente presionado por los familiares. Es un tema complejo: dar una posibilidad al parto natural es el inicio de un proceso que puede colaborar en alguna medida en la reducción del índice de cesárea, pero no creemos que tenga gran impacto en forma inmediata. Nuestra formación nos lleva a pensar en que se debe trabajar con y para las personas, apoyar fuertemente los aspectos preventivos en salud y separar el concepto de aumento excesivo de las cesáreas y lo que representa el parto natural En ambos, seguiremos trabajando”.

¿Quiénes pueden optar?
Si bien el objetivo es reducir el número de cesáreas está claro que no todas las mujeres pueden optar por un parto natural. “A este tipo de opción pueden acogerse las embarazadas de bajo riesgo y trasciende lo que es la estructura física, y apuesta a un cambio en la forma de analizar y de enfocar la atención del embarazo, parto y puerperio. Entonces, lo primero que se necesita para hacer este camino es la evaluación del médico ginecólogo durante el embarazo y al momento de la definición del parto”. “Es importante tomar como base que: quienes trabajamos en Salud, integramos el concepto de humanización debida, en lo ético, técnico, y de actitud, por lo cual no pueden confundirse los términos”.

¿Qué se necesita cambiar?
Para poder impulsar el cambio y volver a conceptos ancestrales vinculados al momento de nacer son varios los aspectos, técnicos y sociales a los que se debe prestar debida atención. Para Velázquez, “dentro de lo técnico, un reconocimiento hacia el embarazo como fisiológico y en la mayoría de los casos, posible de ser resuelto con menor intervención por parte del equipo de salud. En lo social, (y a esto contesto además como mujer), afirmación de la autodeterminación de la madre, de la participación del núcleo familiar y de la necesidad de sentir el nacimiento como un momento especial, con menor estrés, confianza y disposición en el equipo actuante. Diría incluso, respaldo mutuo”.

Un poco de historia
Vale recordar que “el parto natural se practicó durante muchos años en la medicina, incluso de nuestro país, cuando muchos de los uruguayos nacían en áreas suburbanas o rurales, y donde entre la matrona y el médico de la localidad, se encargaban del parto domiciliario. Posteriormente, con el avance en accesibilidad geográfica y técnica, pero fundamentalmente ante la necesidad de lograr los mejores resultados para madre y recién nacido, la normativa del Ministerio de Salud Pública, apuntó hacia la institucionalización paulatina y aconsejada. Evidentemente tanto los riesgos de agravio o mortalidad materna o fetal, han disminuido en forma importante. Uruguay tiene indicadores muy buenos en el contexto Latinoamericano incluso comparado con países del primer mundo. Por tanto, no se necesita más que un equipo capacitado y reconocido por el Ministerio de Salud Pública, donde las Parteras tienen una importante intervención. Se continúa aconsejando el parto institucionalizado, pero se está promoviendo en forma activa, cambios hacia un parto más natural en el grupo de pacientes de bajo riesgo”.

El cambio es un hecho
El camino hacia la humanización del parto es el que han iniciado algunos centros públicos y privados de nuestro país. Por ejemplo el Hospital Pereira Rossel inauguró recientemente cuatro salas de nacer que significaron una inversión de US$ 500.000 y cuentan con amplios espacios, camas de nacer de última generación y termocunas con servo control para la estabilización y atención inmediata del recién nacido. Estas salas integran un proyecto más amplio que implicará la habilitación de otras cuatro, también de primer nivel para Uruguay y la región. Brindarán mayor calidez y calidad a la atención tanto de la mujer como del recién nacido, fortaleciendo el parto humanizado, en una Maternidad en la cual nacen seis de cada diez niños uruguayos.

Mirando hacia el futuro
“Está comprobado que la forma como nos enfrentamos al parto, en lo biológico y en lo psicológico, tienen su peso. Los ambientes hospitalarios son lo habitual para el equipo de salud, pero no para la/os pacientes. Algunas veces traemos la carga de nuestras dificultades (sin proponérnoslo), y en ocasiones, la presión de múltiples actividades centralizadas, pero ejercidas en forma simultánea. Por tanto, no son aspectos que sólo dependan de la comodidad de un ambiente físico (una Sala) o del ambiente social, es multifactorial. No dudamos que, en un futuro, se integrará paulatinamente a la formación de nuestros técnicos y a la aceptación de todo el equipo interviniente, (también de la madre y su familia), pasando a ser una opción más, dentro de la oferta de servicios materno-fetales”.

Dra Rosalba Velázquez López
Dirección Sanatorio Materno Infantil CASMU IAMPP
Especialista en Ginecología y Obstetricia

Fecha
02/04/2017
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