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Septiembre/2017

El universo de los niños. A través de los dibujos

El dibujo es una vía de comunicación y expresión de las más antiguas de la humanidad. Ya los primeros hombres dibujaban en paredes y rocas para comunicarse con sus pares. Para los niños los dibujos representan y reflejan sus sentimientos, su percepción del mundo, su socialización, su creatividad, en una palabra su integridad.

Podemos definir al dibujo “como una actividad motora, espontánea, compleja y cada vez más coordinada, que contribuye a la formación de la personalidad”. Los primeros años de vida son pilares fundamentales para el desarrollo y el aprendizaje, que se va logrando, a medida que el niño hace un intercambio con su medio ambiente (primero con mamá, papá, hermanos, abuelos etc.)
Su mundo se ve reflejado a través del dibujo, es raro por ejemplo que un niño chico verbalice lo que le está pasando, sin embargo le será más fácil expresarlo a través de un papel y un lápiz. Se representa a través del dibujo la confianza en sí mismo, la comunicación consigo mismo y con los demás, la expresión de sus emociones, su creatividad, madurez psicológica, así como la psicomotricidad, lectura y escritura. Los dibujos representan mucho para los niños y es por esta razón que los obsequian a sus afectos más cercanos (padres, abuelos, etc.)
Muchas veces los grandes no comprendemos bien el significado de lo que el niño quiso dibujar, será importante entonces que le preguntemos sin miedo ¿qué es?, o ¿este quien es? creando así un diálogo, interesándonos por su producción y quedando abiertos para que pueda explayarse en su creación.
Otro aspecto a tener en cuenta es que no obliguemos o limitemos la capacidad creativa del niño, el dibujo es una actividad espontánea y como tal tiene que ser respetada. Si nosotros dirigimos o criticamos, el niño podría inhibirse y será difícil que exprese lo que realmente siente. La hoja que usa para dibujar representará el exterior, el mundo circundante, en el cual podrá plasmar su vida interior. Un uso adecuado de ese espacio nos mostrará una buena relación consigo mismo y con el afuera.

Antecedentes e historia
Haciendo un poco de historia descubrimos que los primeros estudios sobre la expresión gráfica surgen sobre fines del siglo XIX, donde se comienza a investigar sobre el sentido del dibujo de los niños. Más tarde, autores como Luquet y Lowenfeld continuaron desarrollando y ampliando este tema. Lowenfeld propone un análisis de los dibujos en términos de estadios o etapas, dice que éstos están definidos por la manera en que el sujeto “aprehende” la realidad, o sea a medida que los niños crecen, cambian a su vez su expresión creativa. Él toma en cuenta el desarrollo del grafismo, la manera en que se utiliza el espacio, las formas y la aplicación de color.
En un comienzo este autor nos habla de una etapa de “garabateo”, la cual abarca desde los 2 años hasta los 4, y que comienza con algo desordenado, donde el niño dibuja y sus trazos generalmente no tienen un sentido. En un segundo momento del garabateo pasará a algo más controlado y descubrirá que hay una vinculación entre sus movimientos y los trazos. Generalmente logra llenar la hoja entera con su producción. La etapa del garabateo culmina con lo que el denomina “garabateo con nombre”. Es muy importante dado que el niño justamente lo que puede hacer es ponerle nombre a sus garabatos y puede expresar “esta es mamá”. No es muy significativo el uso del color en esta etapa y podemos decir que es secundario a la actividad misma del garabatear.
Entre los 4 y los 7 años puede dibujar formas que se relacionen con el mundo exterior. Generalmente la primera figura que aparece es la humana que suele ser cabeza-pies, o sea un círculo que representa la cabeza y dos líneas que salen de allí y representan a las piernas. A esta figura la denominamos comúnmente “renacuajo”. Recién más tarde se le adicionarán los brazos. Acá el color sí tiene más interés para el niño, pero puede no coincidir el real del objeto con el que el niño utiliza para colorearlo.
Si seguimos en la evolución del grafismo encontramos entre los 7 y 9 años una etapa a la que Lowenfeld denomina “esquemática”, dado que justamente a lo que el niño llega es a un esquema. Se forma un concepto más definido del hombre y su ambiente. Aquí en su dibujo se incluyen cuerpo, brazos, piernas, manos, pies, pelo, dedos, etc. Los colores representan los objetos reales, por ejemplo el pasto lo dibujará verde. Otro aspecto a tener en cuenta en esta etapa es que aparece lo que denominamos “radiografía o rayos X”, es decir representa tanto el interior como el exterior del objeto dibujado, por ejemplo a través de una pollera vemos las piernas.

Una herramienta valiosa
Por último, no olvidemos que los gráficos son una herramienta valiosa utilizada en procesos psicoterapéuticos y psico diagnósticos, tanto en niños como en adultos. A través de ellos, el niño expresará afectos, nos mostrará sus aspectos conflictivos, figuras referentes, y todos aquellos aspectos de su mundo interno.
Intentamos desde estas líneas aproximarnos al mundo del grafismo, pero no olvidemos que cada producción deberá ser tomada en cuenta dentro de un contexto determinado, conocer la historia del niño, sus vivencias, dado que un mismo dibujo no significará lo mismo para un niño, que para otro.


Lic. Sandra Jegerlehner
PSICÓLOGA
pssandra@adinet.com.uy




 


Desarrollo infantil. El uso de las artes plásticas


Entre el 70% y 80% del aprendizaje total de la vida humana se genera entre el momento del nacimiento y los cinco años, por lo que la estimulación temprana resulta fundamental para el desarrollo adulto. La psicóloga social Karina Pérez utiliza las artes plásticas como canal para trabajar esa estimulación en los talleres que realiza para padres en instituciones educativas de Uruguay.
“Entendemos el arte como un lenguaje, una manera de expresar las emociones y sentimientos. Durante los primeros años de vida, cuando los niños aún no tienen la oralidad totalmente desarrollada, es fundamental brindarles herramientas para que puedan comunicarnos qué les pasa. Es una edad en la que todo pasa por el descubrimiento y el aprendizaje de cosas nuevas”, señala la experta que trabaja bajo la iniciativa “Huggies abraza Uruguay”.
Según Pérez, la estimulación temprana favorece el aprendizaje del lenguaje y el desarrollo personal del niño a nivel social, físico y cognitivo. Además, las actividades manuales fomentan la creatividad. “Hay cosas que si no las incorporamos en esa edad, después son más difíciles de aprender. Insistimos mucho en el vínculo, en la forma de comunicarse con el otro y de comprender el mundo. De cero a cinco años se desarrolla la autoestima, la empatía, la contención y el control ante determinadas situaciones. Se establece una base que posteriormente, a lo largo de la vida, va siendo modificada y reformulada”, apunta.
El arte es una herramienta creativa que se suma a otros elementos de estímulo de profunda riqueza, como la lectura o la música. Como la experta señala, se trata de tener conciencia respecto a la importancia de las cosas que hacemos en forma cotidiana, aprovechando las instancias compartidas. Es sobre todo poner atención en la tarea educativa que ya se ejercita como padres.
En primera instancia, la pintura y el dibujo ayudan al niño a expresarse y a comprender las dimensiones, dando sentido a su vínculo con el espacio. En ese momento, para Pérez, es donde el padre debe interactuar. “Las preguntas son clave. ¿Qué dibujaron?, ¿quién es el personaje?, ¿qué está haciendo? y ¿qué siente?, pueden ser algunas. Muchas veces los padres piensan que si preguntan, el niño va a pensar que no se entendió lo que dibujó, pero en realidad esas son concepciones de adultos. Ellos aún no tienen desarrollado el ego como tal a esa edad y preguntarles significa manifestar un interés por lo que están haciendo. Ese acto de preguntar, además, favorece la creatividad porque por lo general ellos crean una historia en torno a lo que dibujan o hacen”, puntualizó.
Por otro lado, este tipo de ejercicio favorece la comunicación padre – hijo a futuro. Estos aprendizajes repercuten luego en otras etapas importantes de la vida, como la adolescencia. Pérez explica que los seres humanos aprenden por imitación, experimentación y repetición, y que si en las edades más tempranas existe una instancia donde los padres se sientan a hablar, al menos unos minutos por día con los hijos, cuando crezcan seguramente tengan la necesidad de llamarlos para contarles cómo están.
Otra de las ventajas de la estimulación temprana es el desarrollo de la inteligencia y el gusto. Antiguamente la inteligencia estaba asociada a lo programático, al que sabía de matemáticas o el que terminaba antes la tarea. Hoy el concepto es diferente. Pérez habla de tipos de inteligencia, como la musical, la interpersonal, la lingüística-verbal –capacidad para hablar -, entre otras. “Los talleres también buscan desarrollar esas inteligencias. A veces se piensa que el arte sólo sirve para aprender los colores y ayudar a la motricidad, pero nosotros trabajamos en un enfoque educativo que tiene que ver con promover el “ser” del niño”, manifestó.
Según la profesional, el período de cero a cinco años es aquel en que los niños tienen la mayor capacidad de asombro y sorpresa, lo que los motiva a saber más. Es la etapa llamada “esponja”, donde absorben todo lo que ven y escuchan. Pérez trabaja junto al psicopedagogo Gonzalo Núñez, en un programa que alcanza a decenas de instituciones de todo el país. El año pasado se realizó en centros educativos privados y con Aldeas Infantiles, y en este 2017 se sumaron los centros CAIF.

“Huggies abraza Uruguay”
El formato consiste en talleres dirigidos a padres. Se comienza con una charla donde se brinda información y recomendaciones, y luego se aplican los conceptos estudiados en la práctica junto a los niños. En total tiene una duración de una hora y media. En cada jardín, padres y niños intervienen un lienzo con dáctilo pintura, crayolas, pasteles y marcadores. Al finalizar el programa, las creaciones de todas las instituciones se unen para crear una obra de arte única. Además, se sortea entre todos los centros una sala de plástica.


 

Fecha
02/09/2017
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