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Octubre/2017

El recién nacido en casa. Algunos tips para su cuidado

Volver a casa con un recién nacido puede ser un momento tan maravilloso como estresante. Más si pensamos que, muchas veces, los papás están viviendo esa experiencia por primera vez. A no desesperar, con información todo puede volverse más sencillo. Aquí muchas de las respuestas a esas preguntas que te harás.

Llegar a casa con un bebé tan pequeño despertará sin duda muchas sonrisas, alegrías pero también temores y muchas preguntas. Ante todo, hay que saber que los cuidados de esos primeros días son muy importantes. Los padres deben definir las pautas de crianza que les gustaría aplicar y si es posible ampliarlo al núcleo más cercano.
Uno de los puntos a tener en cuenta será el de las visitas que el bebé recibirá esos primeros días, que según el Dr. Ricardo Gargiulo médico pediatra neonatólogo, deben ser útiles y necesarias “nada de que la madre tenga que servir el te a las visitas”. También hay que extremar los cuidados si hay alguien enfermo en la casa: si es un adulto deberá usar tapaboca y si es niño, prestar atención al tipo de contacto que tiene con el recién nacido. “Si es alguien que viene de visita y está enfermo, no entra”, afirma Gargiulo. “Ninguna de las vacunas que se le da al bebé entre el nacimiento y los dos meses protege de los cuadros respiratorios, allí es la mamá la que debe darse la vacuna antigripal y la familia directa la de la tos convulsa”.
Los padres tendrán grandes preocupaciones esos primeros días, los invadirá la incertidumbre cuando el pequeño llore y muchas veces no sepan que es lo que le ocurre, por eso aquí algunas cuestiones que pueden saber de antemano.

Cordón umbilical
El cordón umbilical es una estructura transitoria, imprescindible para el intercambio madre-hijo durante el embarazo. Al nacer se pinza y se corta. A partir de ahí se irá secando; mientras tanto es necesaria una correcta higiene, para evitar la colonización con microbios.


“La zona del cordón no tiene sensibilidad, o sea que al bebé no le duele cuando se lo higieniza”


Las recomendaciones son varias: cada vez que se cambia el pañal, limpiar la zona en toda su base con una gasa (y no con algodón porque deja hebras) con alcohol blanco y eventualmente yodofón. Evitar cubrir con el pañal para que se seque más rápido y no tome contacto con la orina y materias fecales que pueden extenderse por el gel absorbente del pañal. Dejarle alrededor del cordón una gasa seca tipo “bufanda” o “corbata”.
Una vez que el cordón se caiga, hay que continuar con la desinfección durante unas 12 a 24 horas. Puede que la ropa del bebé se manche con unas gotas de sangre, pero si solo son unas gotas y no se repite no hay que alarmarse.
A muchas mamás “les da cosa” manipular el cordón, desinfectar la zona seca externa, sin desplegar toda la base que es justamente donde pueden quedar las secreciones que hay que limpiar para que no se infecte. Pero sepan, madres, que es una zona sin sensibilidad por lo tanto al bebé no le duele que se lo mueva.

Primer baño
Se aconseja realizarlo uno o dos días luego de la caída del cordón. Según Gargiulo, “una vez que se cae, queda una especie de remanente que sigue siendo una puerta de entrada de microbios. Si en ese momento hacemos un baño de inversión y la misma agua que toca la cola toca el ombligo, puede generar contaminación”. El primer baño entonces sería correcto realizarlo no cuando cae el cordón “si no cuando cicatriza”. Mientras tanto se lo debe higienizar con esponja y agua tibia jabonosa.
El momento del baño del bebé es una instancia más para compartir en pareja. La habitación en donde se lo realice debe estar templada para que la desnudez no lo incomode y pueda disfrutarlo. El agua debe estar a unos 37-38° y para comprobar que esté a la temperatura adecuada se debe introducir el codo y que no se note el cambio. Utilizar jabones y champúes neutros, sin perfumes.


“El primer baño se debería hacer no cuando cae el cordón, sino cuando cicatriza. Mientras no cae, se lo puede higienizar con esponja y agua tibia jabonosa”


El baño es un momento óptimo de estimulación ya que la piel es el órgano sensorial más extenso y el niño está en una vigilia alerta, ideal para recibir esos estímulos. No hay un horario estricto, pero hacerlo a la noche facilita la relajación y se lo puede incorporar como una rutina previa al sueño.

Cólicos
Cuando hablamos de cólicos, se refiere a la movilización de los gases intestinales. Los gases, por lo menos en la población adulta, se forman en la flora intestinal, pero en los bebés recién nacidos la flora intestinal no existe. Es por eso que los médicos insisten con el calostro, “no es para que el niño se alimente, sino que funciona como una vacuna, porque contiene una sustancia que ayudará a tapizar el intestino para que todos los microbios del ambiente que ingresen no le hagan daño” .
Para los cólicos existe la regla de los “3”: se dan a partir de la tercera semana, más de tres horas, más de tres días por semana y en menores de 3 meses. Recién cuando se forma la flor intestinal es que empiezan a tener fermentación de lo que comen. La hora en donde se vuelven más intensos es a las 18 y en adelante, aunque no exista una explicación de porqué.


“Hay una regla de los “3” en los cólicos: 3er semana, más de 3 horas más de 3 días por semana, más de 3 semanas, en menores de 3 meses”


Se pueden minimizar. Hay una serie de métodos, recetas y estrategias. Una de las áreas que hay que atender es la alimentación materna. Por ejemplo, cuando hay un alto consumo de leche de vaca, la proteína de esta puede pasar a través de la leche materna y causar irritación. En cambio, se ha observado que en ocasiones si la madre toma té de manzanilla, algo de esos efectos pasan al bebé y puede ayudar a aliviar los cólicos.
Hay métodos como los masajes, que deben ser en el sentido de las agujas del reloj, o sea como circula intestino, o adoptar posiciones en donde el bebé quede bocabajo, mirando el piso, que también ayudan.

¿Llora?
El llanto es la forma inicial que el bebé tiene para comunicarse, antes que comience a hablar. Puede llegar a llorar entre dos y tres horas por día sin que eso sea un problema o enfermedad. En esos casos, la sugerencia es evaluar opciones de sus posibles razones para ir descartando que sea por frío, hambre, pañal sucio, calor, ropa apretada o que esté en una posición incómoda. Lo que no se siguiere es alimentarlo sistemáticamente como primera medida de consuelo pues no siempre llora por hambre.
En aquellas poblaciones que cargan a sus bebés casi en forma permanente se ha comprobado que lloran menos. Aquel argumento que es bueno que llore para que desarrolle sus pulmones no es correcto así como tampoco temer que se va a malcriar por alzarlo en brazos si eso lo consuela.

La caca
El niño alimentado exclusivamente a pecho directo (sin biberones de leche o fórmula, agua o infusiones) habitualmente hace caca de color amarillo o dorado. En esos niños la frecuencia normal puede variar desde siete u ocho veces al día, hasta una vez cada 7 a 8 días. Cuando hacen tan poca caca es porque asimilan tan bien el pecho materno que no dejan casi nada para formar materias.
En todo caso, para descartar algún posible problema se debe comprobar que orine varias veces al día (mojará el pañal), no vomite, expulse gases, aumente de peso y no presente una distensión abdominal cada vez más acentuada.


El sueño
En esta etapa inicial puede dormir de 14 a 20 horas por día, en períodos de 2 a 6 horas. “La teta no tiene efecto sedante, puede pasar que se alimente y quede despierto interactuando. Esa hora y media o dos es el momento de intercambiar con él”.
Se recomienda que duerma boca arriba o eventualmente en posición de costado siempre y cuando el bebé no sea prematuro, no tenga reflujo gastroesofágico importante, o malformaciones de cara o vías respiratorias. No se recomienda el uso de almohada.
Durante los primeros tres meses puede ser más cómodo que duerma en el cuarto de los padres, ya que habrá que levantarse frecuentemente durante la noche. “El uso de una cama aparte, minimiza los problemas. No es que estemos en desacuerdo con el colecho, pero tiene sus riesgos” afirma Gargiulo. Después de ese tiempo, de ser posible, mejor que tenga su propio cuarto para un adecuado entrenamiento en el hábito de dormir.
En el sueño durante el día no evitar la iluminación y los ruidos habituales de la casa ya que eso lo ayudará para ir distinguiendo los ciclos día/noche en forma correcta. Siempre será mejor que se duerma en su propia cuna, sin tener que pasearlo en un cochecito o meciéndolo ya que asociará ese estímulo para dormirse y si se despierta y ya no está más en esos sitios, volver a dormirse puede complicarse. Que la cuna esté caliente al acostarlo y la habitación a una temperatura adecuada, entre 20 a 23°.

Dr. Ricardo Gargiulo
Médico pediatra neonatólogo

Fecha
02/10/2017
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