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Noviembre/2017

Lactancia exitosa. Consejos para combinarla con el trabajo

Una de las mayores preocupaciones que tienen todas las mamás cuando están embarazadas es si lograrán darle de mamar a su hijo cuando este nazca. Hay muchos mitos que rodean esta práctica, por eso la consultora en lactancia, la psicóloga Claudia López, brindó una charla en donde trató de evacuar muchas de estas interrogantes.

“Tengo poca leche. Mi bebé se queda con hambre”.
Este es un mito muy frecuente entre las mamás que consultan. Sin embargo, la mayoría de las veces es una percepción y no una realidad.
El pecho materno, lo que llamamos “mama”, es una glándula; como tal, basta con aumentar la estimulación para incrementar su producción. Para ello, la mamá puede ofrecer el pecho más seguido, o extraerse leche manualmente (o con el uso de u ordeñador).
En ocasiones puede ser real que la mujer tenga una baja producción de leche, pero esto suele deberse a una mala técnica del bebé, por ofrecer tomas regladas en tiempo, en un uso indiscriminado del chupete, etc. Por esta razón es fundamental consultar si la madre percibe una baja producción, para poder resolver la dificultad antes de que la misma socave la lactancia.
Si dudamos respecto a las cantidades que toma, usamos la regla: “todo lo que entra tiene que salir”. Si el bebé moja suficientes pañales y aumenta correctamente de peso, entonces la producción de leche es la adecuada. Una vez que la leche “baja”, al tercer o cuarto día postparto, mojará cerca de seis pañales desechables en 24 horas. Si esto no sucede, y los papás notan que no moja suficientes pañales, es conveniente consultar con el pediatra. Asimismo, las mamás deben recordar que la congestión mamaria sucede estos primeros días postparto, y luego no sentirán sus mamas tan tensas como en este momento. Algunas mujeres creen que, al no sentir congestión, entonces ya no tienen tanta leche. Esto no es así, las mamas comienzan a regular su producción, y la mayor parte de la leche se produce en el momento que el bebé toma.


Vuelta al trabajo, consejos:
•Hacer prueba de congelar leche para ver reacción
•Comenzar a guardar leche con anticipación
• Elegir método para dar la leche al bebé, y probarlo unas semanas antes

“Hay que amamantar cada 3 horas, 10 minutos de cada pecho”.
Este es un mito completamente falso y que, lamentablemente, muchos profesionales de la salud continúan recomendando. Antiguamente se manejaba este parámetro para la alimentación del bebé. Sin embargo, actualmente se conoce que la leche va cambiando a lo largo de una toma, lo que implica que, lo que el bebé toma al principio de la mamada, no es la misma que al final. La leche del comienzo tiene menor contenido graso, y más lactosa, brinda energía en forma rápida. La leche del final, por el contrario, tiene mayor contenido graso y es la que va hacer engordar al bebé. No todos los niños tienen la misma velocidad al tomar. Algunos demoran menos de 10 minutos, otros un poco más. Si mantenemos este parámetro de controlar el tiempo de la toma, corremos el peligro de quitar al bebé antes que llegue a la leche del final. En estos casos, puede ser que tenga muchos cólicos (provocados por el exceso de lactosa) y con dificultades para engordar, ya que no recibe la leche con contenido graso. ¿Cómo nos damos cuenta que llegó a la leche del final? Simplemente porque suelta el pecho cuando finaliza. Esa es la señal. Se le puede ofrecer el otro pecho, hay veces que lo rechaza o toma poco, ya que con uno sólo le fue suficiente.
Algunos bebés muestran signos de hambre a las dos horas de haber comido, otros a las cuatro. Esto va a depender de cada uno, de su carácter, si está en un ambiente caluroso, es de día o de noche. Es importante tener en cuenta que la leche materna se asimila fácilmente, a los 90 minutos el aparato digestivo del bebé terminó de digerirla, su panza está vacía.
Actualmente se maneja el término de amamantar a demanda, que significa poner al pecho cada vez que el bebé muestre signos de hambre, y dejarlo que tome hasta que él decida.


¿Cómo descongelar?
• A baño maría
• Chorro de agua caliente
• NO microondas
• NO Fuego directo


“Mi madre no pudo amamantar, seguramente tendré problemas”.
La lactancia no se hereda. Generalmente los problemas en lactancia son dificultades en técnica y mal manejo de la situación. Rara vez implica una patología biológica.
Es fundamental que la mujer confíe en su capacidad innata de alimentar a su bebé, y sepa que la leche que ella produce es el alimento ideal para su hijo. Las abuelas suelen ser de gran ayuda y apoyo, pero en ocasiones proyectan sus malas experiencias en la lactancia de su hija. Por esta razón es importante que la nueva mamá confié en sí misma y en su capacidad.


¿Cómo conservar?
•Lo ideal es frascos de vidrio con tapa de plástico
•En pocas cantidades para luego descongelar y que no se desperdicie
•Tiempos de conservación:
Temperatura ambiente 8 horas.
Heladera 48 horas.
Congelador 14 días
Freezer de 3 a 6 meses

“Amamantar duele, por lo menos siempre al principio”.
Este mito es falso. Si la técnica es correcta, amamantar no duele. Puede haber ciertas molestias, sobre todo al inicio, cuando mamá y bebé se están conociendo, y el cuerpo comienza con nuevas sensaciones. Pero amamantar en sí mismo no duele. La técnica correcta implica que el cuerpo del bebé esté alineado, es decir que no tenga el cuello doblado y se mantenga durante toda la toma enfrentado al pecho. Para un correcto acople, debe abrir bien grande su boquita al momento de tomar el pecho, agarrando no sólo el pezón, sino la mayor parte posible de aréola.


Claudia López
Licenciada en Psicología
Consultora Internacional de Lactancia Materna (IBCLC)

Fecha
02/11/2017
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