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Octubre/2018

Diástasis abdominal

Es muy frecuente que las mamás consulten sobre la diástasis abdominal y qué hacer para poder evitarla. Es escasa la información sobre este tema, así como cuáles son los factores que más la causan. Es importante abordar esta temática ya que muchas mamás, con el fin de cuidar su cuerpo y su abdomen, pueden realizan durante el embarazo prácticas inadecuadas o contraproducentes.

Durante toda la gestación se desarrollan grandes cambios en el cuerpo de la mamá, especialmente desde el punto de vista muscular, este sistema realiza ajustes adaptándose al crecimiento del bebé. A medida que el embarazo avanza, el útero aumenta de tamaño pasando de 7 a 35cm en 9 meses. El estiramiento de la musculatura abdominal es imprescindible para permitir que el bebé tenga espacio. Se produce un estiramiento del transverso del abdomen, también los rectos anteriores se extienden alargándose todo lo necesario, lo que genera una separación de los dos rectos abdominales y por ende el tejido que une estas estructuras, es así que ocurre la formación de la diástasis abdominal.
La función de los rectos es mantener el cuerpo erguido y permitir la flexión del tronco. Durante el embarazo se adaptan, permitiendo a la mamá mantener una postura equilibrada y contar con una adecuada alineación corporal, pero si los mismos están muy debilitados aumentarán las dificultades para mantener las posturas adecuadas, generando dolor lumbar o incomodidad. Además los cambios hormonales propios del embarazo producen un aumento en la concentración de relaxina, progesterona, elastina y estrógenos, que alteran la composición del colágeno, haciendo que se debilite el tejido conectivo que une los rectos. Esta diástasis no produce dolor ni molestia en las mamás, presentando menor incidencia en las mujeres con un buen acondicionamiento físico y tonificación abdominal.

¿Por qué es perjudicial?
La diástasis no tiene que ver sólo con un problema estético caracterizado por un vientre de aspecto flácido, donde incluso la pared abdominal no es capaz de contener las vísceras y éstas a veces protruyen hacia el exterior creando un abultamiento.
La diástasis es también un problema funcional, puesto que existe una importante relación entre la diástasis y las disfunciones del suelo pélvico, como la incontinencia urinaria, los prolapsos y el dolor pélvico. También se relaciona con una mala estabilización del centro corporal, lo que repercute directamente en el mantenimiento de la postura, dolores de espalda, problemas digestivos y posibilidades de herniación de las vísceras abdominales.

Por todo esto, debemos evitar que se produzcan durante el embarazo o identificarlas para desarrollar una buena recuperación durante el posparto.

La musculatura abdominal.
La pared abdominal anterior y lateral está constituida por los músculos abdominales: rectos anteriores, piramidal, oblicuos y transverso.
Los rectos abdominales se encuentran ubicados en la parte anterior del abdomen, son dos bandas musculares, las cuales se encuentran unidas entre sí por una banda de tejido fibroso, rico en colágeno denominada línea alba. Estos músculos se extienden desde el esternón hasta el pubis. Cumplen la función de mantener el tronco erguido, posibilitan la flexión del mismo y participan en la mecánica de la respiración, limitando la inspiración y favoreciendo la espiración.
Durante una contracción, por ejemplo, cuando realizamos los ejercicios abdominales tradicionales, las dos bandas musculares se separan y se produce una distención de la línea alba, es decir que ésta también se separa. Cuando nos extendemos las bandas musculares se acercan y la línea alba se reduce.
Otro músculo muy importante es el transverso, es el más profundo de la pared abdominal, su función es prácticamente automática, se activa con el estornudo o en el momento del parto cuando se produce la expulsión del feto. Pero también, tiene una función de sostén y estabilizador por eso es muy importante trabajarlo.

El periné
El periné es muy importante durante el embarazo. Este músculo no actúa de forma aislada en nuestro cuerpo sino que necesita la ayuda de otros como el diafragma, la columna lumbar y la pared abdominal. Por ello, si luego del parto te diagnostican diástasis abdominal, la adecuada recuperación del abdomen requerirá también de una buena recuperación y tonificación de la musculatura del periné.

¿Qué factores la favorecen?
1. Aumento de peso excesivo durante el embarazo.
Los aumentos excesivos de presión en la cavidad abdominal provocados por un incremento del peso corporal pueden provocar que la línea alba se dañe al no soportar la tensión a la que se ve sometida.
2. Embarazos gemelares, donde la pared abdominal debe extenderse más para permitir el crecimiento uterino.
3. Hipotonía muscular abdominal previo al embarazo. Tener una buena condición física previo al embarazo es fundamental para evitar muchas molestias y problemas musculares.
4. Sedentarismo previo, durante y luego del embarazo. El ejercicio mejora todo el sistema muscular como ser la pared abdominal.
5. Parto, cuando hay partos donde la fase expulsiva es muy extensa y la mamá realiza muchos pujos, también pueden dañar este tejido.
6.Trabajo abdominal inadecuado.
Cuando se ejercitan los rectos del abdomen y aumenta la presión en el interior del compartimento abdomi-nal, algo que también sucede cuando realizas grandes esfuerzos mantenidos o continuos, como cargar y transportar pesos elevados. Si estos ejercicios o esfuerzos se realizan en posiciones inadecuadas también lesionan los tejidos.

Pero lo más importante es no realizar ejercicios abdominales tradicionales durante el embarazo, esto provoca un aumento de la diástasis. Se pueden trabajar los abdominales durante el embarazo de otras maneras y sin riesgos.

¿Cómo saber si tengo?
La valoración manual puede realizarse por parte de un profesor de educación física o un fisioterapeuta, lo cual es suficiente para confirmar la existencia o no de una diástasis.
La prueba puedes hacerlo tú misma, debes colocarte acostada boca arriba sobre una colchoneta o la cama, lo importante que sea una superficie estable.
Desde esa posición flexiona las rodillas y deja las plantas de los pies apoyadas. En esta posición coloca un brazo detrás de la cabeza y las yemas de los dedos de tu mano libre en el abdomen a través de tu ombligo. Realiza un abdominal tradicional, es decir, eleva tu cabeza y tus hombros hacia las rodillas. Palpa con las yemas de los dedos los lados de los rectos abdominales. ¿Sientes que hay una especie de brecha entre ellos? Si entre estos dos músculos existe una separación de más de dos dedos, o lo que es lo mismo 2,5 cm, podemos decir que existe una diástasis de rectos.

Solucionar y recuperar
Lo bueno es que esta situación puede ser revertida, con un plan de ejercicios progresivos y adecuados a tu situación puedes reacondicionar los rectos abdominales.
En el posparto las vísceras recuperan progresivamente su lugar y la musculatura abdominal su tonicidad. Aunque muchas mamás se preocupan por su abdomen y quieren recuperar rápidamente esta zona, no es aconsejable realizar ejercicios de tonificación abdominal durante las primeras seis semanas del posparto.
Luego sí, comenzar con ejercicios específicos donde se enfatiza la recuperación de la musculatura abdominal y del periné conjuntamente.
Hay situaciones complejas o más severas donde el programa de ejercicios no es suficiente para reacondicionar esta zona y se requiere una cirugía ya que la lesión es mayor. En estos casos también se recomienda un tratamiento con fisioterapia.

Algunos ejercicios
Primero se aconseja comenzar con ejercicios isométricos coordinados con la respiración, luego ejercicios de contracción dinámicos y variados, siempre concientizando e involucrando la musculatura del periné.
1. Acostada boca arriba, con las rodillas flexionadas, pies apoyados y brazos extendidos a los lados. Realizar respiraciones pausadas con la intención de ampliar la caja torácica al inhalar y hundir el ombligo en el momento de la exhalación.
Realizarlo 5 veces.
Luego sumar la acción del periné de manera de relajar ésta musculatura al exhalar y contraer periné al inhalar.
Realizarlo 5 veces.
2. Colocarse en posición de cuadrupedia con la columna bien alineada y realizar la misma secuencia, primero realizar las 5 respiraciones y luego involucrar al periné.
3. Desde la misma posición de cuadrupedia, extender un brazo y pierna contraria, elevarlos hasta la posición horizontal, acompañar este movimiento con la inhalación, luego descender brazo y piernas realizando la exhalación.
Realizarlo 5 veces con cada lado.
4. Desde la posición de cuadrupedia, extender las dos piernas y mantener la posición de extensión durante 10 segundos. Cuidar de no arquear la columna y siempre respirar durante el ejercicio. También puede realizarse apoyando antebrazos en el suelo.
Realizarlo 3 veces.

Para finalizar acostarse boca arriba y extender brazos y piernas tratando de estirar bien la musculatura abdominal. Mantener 5 segundos y repetirlo 3 veces.
Descansar y relajarse unos minutos.


 


Cecilia Raimondo
PROFESORA DE EDUCACIÓN FÍSICA Y DOULA.
ceciliaembarazadas@gmail.com

Fecha
02/10/2018
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