Ser papá hoy. Cambia, todo cambia
Ser papá no ha sido siempre lo mismo. Estamos siendo testigos de grandes cambios en el abordaje de la paternidad para bien del vínculo con los hijos. A veces cuesta, pero lo que falta es permitirle al...
Nadie dijo que es sencillo criar niños en tiempos actuales, o postmodernos. Y menos si son de la generación Z, nacidos después de 1995, como mis dos hijos, término del cual no tenía conocimiento y me entero gracias a la nota tan acertada para este número de nuestra colaboradora, la maestra Mariana Tamborini.
Opino que tampoco fue sencillo para mis padres criar tres hijos en los años 1970 y 1980. Pero creo que lo mejor que les pasó era que no se hacían tantas preguntas y nos criaron con dedicación, esmero y mucho más esfuerzo (sobre todo económico en mi caso). Pero eran menos complejos, más prácticos, con mano más firme y, lo más importante, nos dejaban equivocarnos y aprendíamos de y con eso. Estoy de acuerdo igual que lo hace la periodista Adela Dubra en su libro “Basta de tanto. Criar hijos gastando menos, durmiendo más siestas y con pocos juguetes”, que en los últimos 20 años se ha vivido una revolución silenciosa y aparentemente inofensiva que cambió la forma de ciar a los hijos. “El tiempo dirá si la sobrepaternidad le hace bien a los hijos y en qué medida les dulcifica la infancia o les complica la adultez”. Este interesante estudio – en ningún momento da cátedra - que hace la autora revela con ejemplos y entrevistas a expertos sobre cómo los niños de hoy sienten (y les pesa) que el único hobby de sus padres sean ellos. En eso consiste la actual sobrepaternidad y me identifico con ella. Soy bastante objetiva como madre y no me considero sobreprotectora, ya que fui y soy bastante estricta, pero me sentí identificada en varios puntos recordando cuando eran más chicos, y esa obsesión por ser cada día “mejor” madre. Opino que eso muchas veces cansa a una misma y aburre a los demás que nos rodean. Sobre todo recomiendo el final que hace énfasis, al igual que Mariana, nuestra colaboradora en su nota de este número, que no hay mejor tiempo invertido ni mejor juguete para regalar que no sea leer o comprar un libro.
Gracias a Sebastián y a su hijo Antonio por esta divina portada para un nuevo número del Día del Padre. Feliz día a todos los papás y sobre todo a mi viejito querido. Agradecida estoy de tenerlo todos los días, aunque llamada de teléfono mediante. Diciéndome “Hola….acá estoy”. Te quiero mucho, papá.
Hasta agosto,
Rosina Campomar
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