Edición mayo Nº154

Bueno, inspirarme en la editorial de la edición del mes de mayo todos estos años ha sido siempre un desafío.
Aunque suene raro se la quiero dedicar a aquellas mamás que aún no lo son y no saben si por desearlo tanto o por algún desliz o vueltas de la vida, algún día lo serán. Por ejemplo, a aquellas mujeres que están esperando la donación de un óvulo para ser madres y que ya lo quieren tanto antes de tenerlo en la panza. Estremece y cuesta a veces creer que esas mujeres recorran caminos inimaginables, como menciona la Dra. Rita Vernochi, especialista en fertilidad, en su nota de esta edición.
También se la dedico a aquellas tías o madrinas que por circunstancias de la vida no son madres, no lo desean o ya no tienen edad para serlo, y quieren a sus sobrinos y ahijados como si fueran hijos propios. Coincido que mucha de ellas, como se dice por ahí, hubiesen sido las mejores “madrazas” del mundo.
Tampoco puedo olvidarme de aquellas chicas, señoras y mujeres que cuidan de nuestros hijos en casa cuando nos vamos a trabajar, aún sin haber sido madres. Otras GRANDES – con mayúscula – mamás son las que trabajan en las guarderías, jardines o colegios donde van nuestros hijos. Por último, otro saludo espacial para las valientes mamás adoptivas. Eso llevaría un capítulo aparte.
En resumen, y no es cliché, no es necesario llevar un hijo en la panza para ser mamá. A veces las mejores y más grandes mamás están por ahí en nuestras vidas, y sin haber parido.

¡Feliz día para todas!
Cariños,
Rosina Campomar