Más allá del significado comercial del día del niño, hoy queremos proponerles repensar su lugar dentro de la familia, su rol, sus derechos, su felicidad, en toda la amplitud de la palabra.
Nos encontramos en una época de grandes cambios en los modelos sociales y económicos. Todo esto repercute y provoca efectos significativos en el ámbito social, en los valores culturales, las modalidades discursivas, los vínculos y por ende, en la estructuración de la subjetividad de todos los seres humanos, incluidos los niños.
La familia sigue constituyéndose en el núcleo primordial de las diferentes sociedades. La pertenencia a una familia les ayuda a los niños a poder entender quienes son, sus orígenes, a desarrollar su identidad, su personalidad, sentido de pertenencia, priorizando que el ambiente en el cual crecen y se desarrollan, establece y define elementos fundamentales que se llevarán a lo largo de toda la vida.
En este sentido hay muchos tipos y modelos familiares. La familia tradicional conformada por una pareja de padres de diferente sexo, (hombre y mujer), pero también encontramos hoy parejas de padres del mismo sexo, familias ensambladas, madres o padres que crían solos a sus hijos, padres divorciados, niños criados por otros familiares.
Necesitamos a partir de esto reflexionar: ¿qué es lo que necesitan los niños? Sin lugar a dudas, recibir y ser respetados en sus derechos consagrados de cuidados, dedicación y atención. Esto comprende no sólo los cuidados básicos de alimentación, educación, vivienda y salud, sino otro tipo de cuidados que remiten a aspectos vinculados al plano afectivo, las emociones, la aceptación, la comprensión, la escucha, la empatía, necesidades del alma.
Nuestras experiencias primarias son muy importantes, condicionan en buena parte lo que la autora argentina Laura Gutman llama “nuestro abanico de percepciones”. Durante los primeros años de vida se van conformando los cimientos de toda nuestra organización psíquica que luego serán el soporte de nuestra vida adulta (creencias, sexualidad, vínculos, entre otros). Los niños desde chiquitos van buscando su lugar en la familia.
“Durante los primeros años de vida se van conformando los cimientos de toda nuestra organización psíquica que luego serán el soporte de nuestra vida adulta”
Nos cabe entonces a los adultos, desde nuestro lugar y más tarde desde nuestra condición y rol de padres, revisar nuestra historia de vida con una mirada amplia y sincera que nos permita ahondar en nuestro pasado parados desde el niño que fuimos. Ir otorgando y habilitando que cada hijo vaya encontrando su posición.
Al tiempo que se va ubicando, el niño va tomando contacto y conociendo a su vez lo que él significa para sus padres y familia. Cada niño será merecedor de recibir un bienestar en el más amplio sentido de la palabra, que incluya cuidados, protección, contención, escucha, amor, cariño, que le brinde nutrición afectiva.
Tipos y modelos familiares:
* La familia tradicional
* padres del mismo sexo,
* familias ensambladas,
* madres o padres que crían solos a sus hijos
* padres divorciados
* niños criados por otros familiares
Lic. Sandra Jegerlehner
PSICÓLOGA
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