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Diciembre/2019

La ansiedad en los niños

Es común y esperable que, a medida que los chicos van creciendo, sean capaces de comprender los diferentes “peligros” a los que se enfrentan y ello les genere en ciertos momentos ansiedad y angustia, dado que la ansiedad es una respuesta fisiológica normal de adaptación al medio.

Entre los 7 y los 11 meses los bebés experimentan ansiedad a los extraños. Luego aprenden que, cuando no pueden ver a mamá o a papá, significa que se han ido. No entienden el concepto del tiempo, de modo que no saben que mamá volverá y se pueden alterar y sentir inquietos en su ausencia. Por ello, es normal que a partir de los 8 meses, hasta los 2 o los 3 años, los niños, al separarse de sus padres, sientan ansiedad.
No obstante, al comprobar que sus papás regresan la ansiedad irá disminuyendo, pero su consciencia de la realidad y su imaginación, darán paso a otros miedos que forman parte del desarrollo normal de los niños a medida que crecen. Tales como el miedo a la oscuridad, a quedarse solo, a los monstruos o a que aparezca un dinosaurio. Sus temores nacen de una imaginación activa y de la falta de experiencia que poseen por lo que en algunas oportunidades puede parecerles amenazante las cosas más mundanas.
Aunque los temores de tu hijo te puedan parecer extremos, lo más probable es que sean normales para su fase de desarrollo y que sean niños completamente felices.


¿Cuándo estar alertas?
Hay que estar alerta si notas que la ansiedad de tu hijo se intensifica y que comienza a interferir en su desempeño escolar o en las relaciones con sus amigos y familiares. Si de un día a otro comienza a repetir con más frecuencia “qué pasaría si…? Si en cambio ves que frecuentemente tiene miedo a que algo pase, que llora mucho, está muy sensible, se irrita o se enoja sin ningún motivo claro. Si evita situaciones sociales con otros niños, como fiestas de cumpleaños o actividades extracurriculares a las que se lo invite como ir a jugar con amiguitos. Si constantemente busca la aprobación de Uds., maestros o amigos, se queja de no poder hacer las cosas sin tener un motivo y sumado a ello comienza a presentar algún síntoma físico como dolores de cabeza o de estómago, aunque no exista un motivo médico, manos húmedas y frías, constantemente tensa los músculos, tiene problemas para quedarse o permanecer dormido, presenta palpitaciones o mareos.


¿Qué hacer si tu hijo está con ansiedad o miedo?
Para ello, lo primero que como papás deben hacer es mantener la calma y tomar conciencia de que lo importante para ayudarlo es apoyarlo a afrontar sus miedos. Ten en cuenta que decirle que no se preocupe, menospreciar sus miedos o ridiculizarle sobre lo que le pasa, sólo hará que sufra por sentirse así, lo que le producirá mayor ansiedad. Él necesita saber que cuenta con tu ayuda, así que es importante que se relajen y lo apoyen en cada intento que realiza para encontrar una solución a su problema. No dejen de enseñarle lo increíble que es vivir en el presente. Anímense a escucharlo dándole confianza en su habilidad para controlar sus miedos, que es lo contrario a querer que no sufra o se ponga de la forma que se pone cuando siente ansiedad y lo protejan haciendo que no pase por esas situaciones que lo ponen mal. Tengan en cuenta que ayudarlo a escapar de las situaciones que lo angustian, lamentablemente sólo contribuye a prolongar su ansiedad y empeora su situación. Así que mejor ayúdenlo a que afronte el problema mientras hacen juntos algo que lo distraiga como cantar, jugar, escuchar música, lo cual lo ayudará a reducir sus temores dándole tiempo de calidad y de conexión para que tome fuerzas para superar eso que lo preocupa.
Si piensas que esto le está ocurriendo a tu hijo con mucha frecuencia, que supera lo que describíamos como miedos normales del desarrollo, si crees que debido a la ansiedad no está siendo capaz de hacer las mismas cosas que antes o llevar una vida normal, es oportuno que puedas consultar lo antes posible con un profesional.
Las investigaciones indican que las intervenciones cognitivo-conductuales en niños con ansiedad resultan muy eficaces. En la terapia lo que se hace es ayudar al niño a través de actividades lúdicas y diferentes técnicas a examinar sus pensamientos negativos y reemplazarlos por pensamientos positivos. De esta forma, los niños aprenden a reconocer qué están sintiendo y a manejar esas reacciones.
Tu hijo es lo primero.



Lic. Daniela Hospitale
Psicóloga Cognitiva Conductual
Cel. 098254848
Daniela.hospitale@gmail.com

Fecha
15/12/2019
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