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Enero/2013

Edición Enero Nº114

Enero: primera editorial del año y tiempo de vacaciones. Y momento para estar más en familia, playa, de descanso, haciendo algo de deporte y, fundamental, acompañados por una buena lectura. ¡Qué feliz que me hace todo eso! Y espero que ustedes también tengan esa felicidad.

Dicen que un hombre esta completo cuando planta un árbol, tiene un hijo y escribe un libro.

Leyendo ayer una entrevista que le hicieron a la empresaria Margara Shaw en una muy linda revista uruguaya llamada Cala, le preguntaron si tenía alguna cuenta pendiente y ella respondió: escribir un libro. Y también tener más tiempo para practicar algún deporte.

Hablando de escribir libros me encantó este mensaje que compartieron conmigo donde menciona que cada principio de año es como comenzar a escribir un nuevo libro de nuestras vidas. El mensaje menciona muy ciertamente que cada fin de año se cierra un volumen más del libro de nuestras vidas. Ese libro que cuando lo comenzamos era nuestro, porque Dios nos lo puso en las manos para que pudiéramos hacer de él lo que quisiéramos. Hoy ya está escrito parte del libro de mi vida y esa historia ya no es más mía. Ya no puedo corregirla.

La recomendación de tan lindo mensaje es que en estos primeros días del año tomemos nuestro viejo libro y lo hojeemos despacio, dejando pasar las páginas por la conciencia. Es como tener el gusto de vernos a nosotros mismos. ¿O no? Podemos repetir aquellas páginas en la vida en las que pusimos nuestro mejor estilo. El principal personaje somos nosotros mismos, en escena con Dios, con el trabajo, con nuestros hijos, con nuestros padres, amigos y el resto de la sociedad.

Recordemos que nuestros mejores maestros somos nosotros mismos. Pero también tenemos que animarnos y tener el valor de leer aquellas páginas que quisiéramos no haber escrito nunca. Es inútil tomarse el tiempo para tratar de arrancarlas. Todos hemos cometido errores. Lo que si podemos hacer es recordarlas para cuando tengamos que escribir nuevamente y, así, no volver a repetirlos.

En este comienzo de año tenemos una nueva y generosa posibilidad de arranca en blanco. Dios nos la dá. El futuro es todo nuestro. Vamos a poder escribir de lo que queramos. En la primer página podemos poner su nombre y luego pedirle que no nos deje escribirlo solos, pedirle que nos guíe con su amor. Me planteo estos primeros días de arranque de año hacerlo, con confianza y amor. Abierta a recibir lo que me llegue y los invito a ustedes también a hacerlo. Mucha suerte.

¡Felices vacaciones!
Hasta febrero,
Rosina Campomar

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