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Octubre/2017

¿Qué es el suelo pélvico?

Quizás muchas de ustedes nunca hayan escuchado hablar del periné o suelo pélvico, otras quizás lo conozcan por nombrarlo en alguna clase de Pilates o en charlas para embarazadas. Lo esencial es que sepan que todos tenemos un suelo pélvico, hombres y mujeres, que está formado por varios músculos que se encuentran bien abajo en nuestra pelvis formando un piso, que se comporta como cualquier otro músculo del cuerpo y que su función es sostener los órganos de la parte inferior del abdomen como la vejiga, el útero y parte del intestino.

El piso pélvico es muy importante, por eso hay que mantenerlo sano para que pueda desempeñar bien su función, de lo contrario puede traer problemas de incontinencia urinaria o fecal, prolapsos y/o disfunciones sexuales (por ejemplo: dolores durante las relaciones sexuales).
Hay muchas situaciones en las cuales se puede ver afectado como por ejemplo: en el embarazo, en el parto, cuando hay falta de estrógenos, luego de intervenciones quirúrgicas sobre el periné, la obesidad y cuando sufrimos de estreñimiento o de tos crónica. También en algunas profesiones determinadas como ser los cantantes, los que deben levantar peso o los que realizan actividades de impacto. Y por último, pero no menos importante, cuando desconocemos del tema.
Todo esto genera efectos negativos en nuestro periné que se acumulan en el tiempo, efectos que pueden ser aparentes o pasar desapercibidos, pero que llegan a lesionar nuestro suelo pélvico.
En este texto vamos a acercarnos a ver lo que sucede en el embarazo y en el parto. Estos son momentos hermosos y únicos en la vida, por lo que nos interesa que todas lo vivan de la forma más disfrutable posible. Durante el embarazo el cuerpo sufre muchos cambios en los tejidos blandos como la piel, los ligamentos, los músculos, cambios en los huesos, en el peso y en la postura. Estos cambios determinan alteraciones de la estabilidad lumbopélvica (nos referimos al buen funcionamiento y al equilibrio muscular y articular de la columna lumbar y la pelvis), alteraciones de la cincha abdominal (así le llamamos a los músculos abdominales) y alteraciones en el suelo pélvico. Este último se ve afectado aún más durante el parto, en donde puede resultar, entre otras cosas, desgarrado.
Durante el embarazo aparecen síntomas como dolores y malestares de todo tipo, nuestros sistemas ya no funcionan como solían hacerlo, no encontramos posiciones cómodas, todo conlleva a mayor esfuerzo físico. Por eso, lo ideal, sería que durante el embarazo, se realice actividad física adecuada para el momento. Esto hará que mejoren los síntomas, haciendo más llevadero los nueve meses y nos prepara para el parto, reduciendo las secuelas. Debemos saber que las lesiones producidas en el primer parto condicionan el estado físico de los sucesivos embarazos.


Descubrir nuestro suelo pélvico, prestarle atención, consultar con un profesional nos ayudará a estar en óptimas condiciones

Toda mujer que haya pasado por un embarazo y un parto, aunque en este momento no esté cursando uno, padeció lo que anteriormente se nombró, por lo cual es muy común que muchos de los trastornos en el suelo pélvico se manifiesten años después si es que no fue cuidado debidamente.
Es por todo esto que es muy importante conocer nuestro cuerpo, saber qué lo lastima pero también es imprescindible saber qué podemos hacer al respecto. Desde la Fisioterapia podemos abordar esta problemática. Primero, dando a conocer el tema. Luego, con una correcta evaluación realizada en cada caso en particular, que nos ayude a determinar cuál es el tratamiento adecuado para cada persona. La evaluación consiste en un interrogatorio inicial, seguido por una postural, una observación y palpación de la zona abdominal y perineal y por último una evaluación intra vaginal.
Podemos trabajar tanto en la prevención, si la persona tiene algún factor de riesgo, como en la rehabilitación en caso de lesión. Deben saber que desde el posparto inmediato hay cosas que se pueden trabajar, como el suelo pélvico, las cicatrices, los edemas y las correcciones posturales. Otros síntomas aparecen más adelante, en el posparto tardío, y nos hablan de trastornos que quedaron como secuelas, que pueden y deben ser trabajadas, como la incontinencia, los prolapsos, las disfunciones sexuales y dolores lumbopélvicos.


Desde la fisioterapia se puede trabajar tanto en la prevención, como en la rehabilitación

Recuerden que todo el trabajo que se realice durante el embarazo les proporcionará un mayor bienestar durante esta etapa y las beneficiará al momento del parto, al cual llegarán en mejor estado físico y con mejor preparación. En los casos en donde se realizó una cesárea no se está exento de las consecuencias del embarazo, pero sí se evitan las posibles lesiones propias del parto. En ese caso, es extremadamente importante trabajar la zona de la cicatriz en cuánto el médico lo autorice, ya que cada vez es de mayor conocimiento que debemos ocuparon de los tejidos involucrados, para obtener un buen funcionamiento futuro.
Estos son temas que involucran la intimidad de cada persona, el pudor está presente y hay aún muchos mitos que lo vuelven un tabú. Es por esto, que resulta de suma importancia el trabajo individual y particular con cada persona, generando un espacio en donde cada uno pueda preguntar todo lo que necesite saber y se pueda responder con sinceridad a las preguntas del profesional, sintiéndose siempre cuidado y respetado.


Para cuidar el suelo pélvico hay que abordar el tema desde la Fisioterapia, informando y realizando una correcta evaluación

Las invito a descubrir nuestro suelo pélvico, a prestarle atención sin importar nuestra edad y a saber que siempre podemos consultar con un profesional que será quien nos guiará y nos dará las herramientas que necesitamos para estar en óptimas condiciones.

Lic. en Fisioterapia Gimena Mussi

Fecha
02/10/2017
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