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Octubre/2019

ENERGÍA PARA EL DORMITORIO DE LOS NIÑOS

La casa, y más específicamente cada rincón del hogar, envía mensajes a nuestro organismo que pueden generarnos sensaciones positivas o negativas. Los niños no quedan al margen y también perciben minuciosamente las señales que su entorno les trasmite. Tanto es así que, si su habitación es un constante caos, la creatividad y la concentración se ve directamente afectada.

Me pregunto en qué momento como adultos dejamos de escuchar a nuestro cuerpo. Él siempre nos está dando señales y advertencias. Estoy convencida que si le prestáramos más atención nos ahorraríamos algún que otro problema. Esta sinergia entre mente y cuerpo se cumple a la perfección en los niños y su forma de expresarse demuestra, en cuerpo y alma, como se sienten.
Mi experiencia armonizando y embelleciendo hogares evidencia, por ejemplo, que luego de optimizar y redecorar los dormitorios de adolescentes que tenían dificultades para realizar las tareas del colegio, comienzan a rendir más. Los más pequeños no se quedan atrás en esto, pues han logrado soltar un poco las absorbentes pantallas para jugar en sus dormitorios con juguetes que ni siquiera se acordaban que poseían.
No existen recetas mágicas para lograr un espacio óptimo para el crecimiento de los niños. En lo personal trabajo en tres áreas clave de sus dormitorios: la optimización del espacio, la decoración y el Feng Shui básico (energía).
En primer lugar, como crecen demasiado rápido, siempre recomiendo realizar un descarte de lo que ya no les sirve o no se adecua a su gusto y/o edad. El ropero es un excelente comienzo, ya que tiende a acumular un montón de cosas. Entiendo que, en muchos casos, se guarda ropa a la espera de un nuevo hermanito, pero ese lugar de almacenamiento no debe ser el espacio de los pequeños de la casa.


Un excelente segundo paso, es revisar los juguetes y los libros, pues van a usar los que estén más a mano. Entonces, ¿para qué tener un montón si van a estar encajonados y en recovecos juntando polvo?
Recomiendo conservar los que estén en buen estado y buscar la forma de organizarlos de modo que queden a la vista y a su alcance. Si resulta imposible acomodarlos todos funcionalmente, una buena opción puede ser ir rotándolos para que siempre tengan a mano juguetes y libros diferentes. Además, es importante enseñarles a tener una cantidad razonable de objetos, para que aprendan a valorarlos y no verse envueltos en un dormitorio repleto de cosas materiales.


En tercer lugar, los dibujos y cuadernos del colegio ocupan muchísimo lugar y nos generan un cierto sentimiento de culpa desecharlos. Acá hay que aplicar un criterio básico de selección y dejar unos pocos de recuerdo. Los dibujos más lindos se pueden encuadrar y colgar como forma de halagarlos, e ir rotando la ilustración dentro del marco.
Otra forma práctica, puede ser sacarles fotos y crear una carpeta digital organizados por fecha, por ejemplo. Los que se deseen conservar físicamente, es recomendable archivarlos con algún criterio específico, como puede ser por año, por hijo, etc. No tiene sentido guardar la infinidad de material que crean porque lamentablemente en los hogares el lugar es limitado, y descartar esos objetos no quiere decir que se van a eliminar los bonitos recuerdos asociados. Sin embargo, se puede armar una linda caja con algunos de ellos para revisarla habitualmente en familia.
Sin dudas, el orden genera paz y con ello no buscamos la perfección ni mucho menos, sino simplemente que cada cosa logre tener su lugar (cómodo y funcional) y los espacios luzcan despejados. Los niños se contagian de esto porque, al igual que a nosotros, les agrada sentirse a gusto en su lugar de la casa, y quién se siente satisfecho se potencia. El desorden y la acumulación nos distraen y sacan de foco, así que imaginen todo lo que esto puede generar en un niño.
Hacerlos parte de la decoración y la elección de los colores es vital para que se apropien de su espacio. Siempre recomiendo que la paleta de base cromática sea lo más neutra posible ya que los juguetes tiendan a ser los protagonistas de la ambientación. Los muebles deberían ser funcionales y pensados a largo plazo, no solamente para cuando son bebés o niños.


En lo que a Feng Shui se refiere, trato de aportar tips sencillos que aumentan la energía de la habitación ya que hacen mucho hincapié en lo natural y en dar calidez, intentando dejar de lado lo artificial, oscuro, estancado, amenazante o de tamaño desmesurado.


Algunas cosas que éste propone a la hora de distribuir los muebles, es poner en la misma dirección las camas de los hermanos, para que su relación sea un poco más armoniosa. Incluso sugiere alinearlas a la cama matrimonial para fortalecer el vínculo con los padres en épocas conflictivas, al menos un tiempo hasta que se apacigüen los problemas.
Como los niños son tan receptivos a la energía, aconseja, además, participarlos en la elección del lugar dónde irá colocada su cama. Naturalmente siempre se cobijarán en los rincones que más tranquilidad les generen.


Los “SI”
- Alfombras para levantarse de la cama y en la zona de juegos para ganar calidez sobre todo en los pisos que son fríos. Es muy importante que sean de telas fáciles de lavar y con colores o diseños que no se manchen notoriamente.
- La ropa de cama de fibras naturales, como el algodón, lino o seda, ya que transpiran mucho y tienen pieles muy sensibles; este tipo de telas son más frescas a la vez que fomentarán el cuidado de su piel.
- Los colores neutros de base, ya que si se trata de alguno muy fuerte se puede sobreexcitar inconscientemente.
- Las camas con respaldo pues los protegen del exceso de energía.
- Colocar únicamente los muebles esenciales, con bordes redondeados y de colores claros.
- Suelos de madera natural.
- Cuadros sin vidrio o que no estén a su altura.


- El orden y la limpieza.
- Ventilación e iluminación natural.
- De noche, iluminación artificial cálida, suave e indirecta.
- Los móviles e imágenes o símbolos protectores para los niños.


Los “NO”
- Los muebles pesados, voluminosos y antiguos, para evitar un posible efecto abrumador o carcelario en su propia habitación.
- Objetos sobre su cama como ventiladores de techo, estanterías flotantes o vigas ya que inconscientemente durante la noche les generarán miedo e inseguridad.
- Los equipos eléctricos enchufados durante la noche como televisores, video juegos o computadoras, pues crean campos electromagnéticos que pueden distorsionar el descanso.
- Colocar objetos debajo de la cama o arriba de los muebles como roperos.
- Las camas de metal y los colchones con resortes.
- Las puertas y cortinas abiertas durante la noche.
- La cabecera bajo la ventana.
- Las luces impactantes.
- Los espejos.


 


Andrea Martínez
Creó Pequeñas ideas
para incentivar a otras personas
a vivir mejor en sus hogares.
Instagram: @pequenas_ideas_uy

Fecha
02/10/2019
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